Néstor Basterretxea; pionero del diseño vasco moderno

Néstor Basterretxea; pionero del diseño vasco moderno

Texto: Peio Aguirre / Fotos: Familia Basterretxea, Irungo udal artxiboa
FB
PN
X

Share 

La primera vocación de Néstor Basterretxea (Bermeo, 1924-Hondarribia, 2014) fue ser arquitecto. Sin embargo se convirtió en artista y desde esta condición se adentró en otros territorios creativos: el cine, el diseño y también la arquitectura.

Sus orígenes en el diseño industrial comienzan en Buenos Aires a finales de los años cuarenta, cuando el joven Néstor se instruye en el Instituto Huergo y trabaja como ilustrador para la multinacional suiza Nestlé. Allí aprende los principios básicos de la perspectiva, la delineación y la proyección que pondrá en práctica en su pintura y escultura. Esta lógica del diseño constituye su impronta personal e inconfundible, la cual combinó siempre con un espíritu expresionista y humanista.

En 1957 se integra en el Equipo 57 e investiga los principios de la interactividad espacial. Junto a Jorge Oteiza decora el apartamento del industrial y mecenas Juan Huarte en Madrid y, en 1958, comienza a diseñar para H Muebles, una nueva empresa de mobiliario moderno. Allí coincide con otros diseñadores como Gregorio Vicente Cortés, técnico y diseñador de confianza de Huarte.

Basterretxea fue el encargado de diseñar los primeros muebles del catálogo al tiempo que producían el mobiliario para el Pabellón de España de la Exposición Universal de Bruselas de 1958 de los arquitectos Ramón Vázquez Molezún y José Antonio Corrales. Los modelos de Basterretxea para H Muebles se caracterizan por su estructura de metal sostenida por un mecano conector donde se apoyan asientos mullidos. También dibuja mesitas bajas en madera o cristal con nervios metálicos asimétricos. Para H Muebles concibe una primera versión del Diván H, uno de sus diseños de firma más originales.

Néstor Basterretxea y Jorge Oteiza con la maqueta de la Fundación Sabino Arana y la escultura Cubos abiertos, espacios interiores, retenciones de luz, 1979. © J. García Koch / Jorge Oteiza museoaren artxiboa
Photografía publicitaria del mobiliario Espiral, años 60. © Irungo udal artxiboa

La experiencia en Madrid y el estrecho contacto con arquitectos y diseñadores —junto con la enseñanza teórica de Oteiza— le familiarizan con el ideal de la integración de las artes promulgada por la Bauhaus. Su facilidad y buen gusto para combinar mobiliario, ambiente, decoración y arte es total. Cuando a finales de los años cincuenta se asienta en su recién estrenada casa-taller de Irún, observa la ausencia de mobiliario moderno (de tubería o madera curvada) en los hogares vascos.

Comienza entonces una relación entre industria e inteligencia: la historia de la modernización del ámbito doméstico. En Irún se encarga del interiorismo del salón de degustación Aguirre y, en 1961, se implica como socio en una nueva tienda en Donostia llamada Espiral. Este local tenía como objetivo la venta de mueble nacional y de importación y operaba como despacho para proyectos de decoración e interiorismo. Espiral produjo igualmente un pequeño número de muebles propios a partir de madera contrachapada curvada, como la banqueta y su mesita auxiliar en embero o sipo, y también otras sencillas mesas en madera.

Hay en los diseños patentados por Espiral una inspiración nórdica, austera, o un gusto por la horizontalidad japonesa. Espiral se convierte en el lugar de referencia para quienes desean vestir su hogar con las últimas tendencias. Su local sirvió también como improvisado lugar de encuentro para la intelligentsia cultural e intelectual de la ciudad. Una de las producciones más singulares de Espiral fue su juego de ajedrez con su propia caja para guardar las fichas. Basterretxea reformula ideas anteriores como el Diván H, pues realiza un nuevo prototipo y poco después concebirá una tercera versión de este canapé para Biok. Una pequeña o gran obsesión que demuestra al apego del artista a sus propios diseños.

Divan H, Biok, 1965. © Irungo udal artxiboa
Tablero y piezas de ajedrez, 1967. © Irungo udal artxiboa

«Hay en Biok una evolución manifiesta y un abandono de la austeridad que caracterizaba los diseños anteriores por una búsqueda de formas orgánicas más redondeadas, más cálidas, más pop.”

El negocio en Espiral crece y paralelamente Basterretxea comienza su labor como “diseñador de modelos en exclusiva” para Biok, una recién creada pequeña empresa en Irún destinada a la producción y comercialización de muebles a la que en 1965 se une en calidad de socio. Espiral y Biok son dos empresas separadas pero entrelazadas al tener socios comunes: el cordón creativo entre ambas empresas es el diseñador. Espiral se convierte en el primer punto de venta de los muebles diseñados y producidos en Irún.

En Biok Basterretxea desarrolla todo su potencial en estrecha colaboración con técnicos y empleados. Para la construcción recurren a técnicas complejas de ebanistería y ensamblado, y a un uso más noble de maderas africanas. Hay en Biok una evolución manifiesta y un abandono de la austeridad que caracterizaba los diseños anteriores por una búsqueda de formas orgánicas más redondeadas, más cálidas, más pop; intentos por salir de la monótona sobriedad del racionalismo a través de un mobiliario de alta gama que no sacrifica nunca la funcionalidad ni el confort. Es la época de la revolución doméstica promocionada por las revistas italianas Domus y Casabella que Néstor recibía periódicamente en su domicilio.

Este mundo de referencias se mezcla con una pasión por lo autóctono. Las piezas para Biok llevan el nombre de pueblos costeros: Orio, Zumaia, Getaria… La sólida mesa de despacho Bermeo recoge la idea de proa o rompeolas y se acerca a muchas de las esculturas del artista partiendo de círculos y semicírculos. Se da una traslación de la naturaleza al arte y al diseño industrial: el dinamismo de la curva, la espiral creciente, la forma siempre cambiante de las olas… En esta etapa se destaca el compromiso de Basterretxea con la identidad y la cultura vasca, pues no en vano su periodo más fértil en Biok coincide con la gestación y realización del largometraje Ama Lur (1968), hito de la cultura vasca en el Franquismo.

Néstor Basterretxea, Julio Amóstegui y Fernando Larruquert durante el rodaje de Ama Lur, documental considerado como fundador del cine vasco, 1965.

En muy poco tiempo Biok comienza a estar presente en algunas de las ferias más importantes de diseño de Europa, como la de Colonia. En 1968 Basterretxea diseña dos variantes de su diseño más singular y personal, todo un manifiesto estético que recoge su ideario estilístico: la butaca Kurpilla [variante fonética de Gurpilla, rueda en euskera]. Se trata de un modelo algo camp con una contracurva en el reposabrazos que lo emparenta con los mejores diseños sixties. Ese mismo año Biok había lanzado con éxito al mercado el “sistema BK” de muebles modulares para el hogar y la oficina.

Néstor Basterretxea con los trabajadores de la empresa de mobiliario Biok, Irún, años 1960. © Familia Basterretxea

A continuación, Basterretxea aboceta sobre papel y fabrica pequeñas maquetas, fotografías y displays de todo un surtido de prototipos visionarios con la mirada puesta en el futuro.

Este es su último testamento en el mundo del diseño. Limitada su expresividad de artista por la producción estandarizada, comienza a distanciarse de Biok. Termina de ese modo una implicación de poco más de una década en el ámbito del diseño industrial, tiempo más que suficiente para convertir a Néstor Basterretxea en un destacable contribuidor a nivel nacional y pionero del diseño vasco moderno.

Bromalgae: La gran revolución de los pequeños organismos

BROMALGAE

Reproducir vídeo
Texto: Nahia Zubeldia / Video : Mito & Iker Treviño
FB
PN
X

Share 

La gran revolución de los pequeños organismos

Hace unas décadas, Barakaldo era el corazón de la industria pesada, durante la época de los Altos Hornos de Bizkaia y la producción de acero. Aquella actividad impulsó con fuerza la economía vasca, pero también trajo consigo una gran contaminación. Con el tiempo, la industria entró en declive, y tanto Bilbao como sus alrededores experimentaron una gran transformación: se impulsaron nuevas políticas medioambientales y comenzaron a florecer proyectos orientados al desarrollo sostenible.

Altos Hornos de Vizcaya, fundados en 1902 en Barakaldo

De hecho, la revolución verde que se está gestando en Euskal Herria no brota únicamente de los bosques o de sus tierras de cultivo. Existen unos pequeños organismos marinos, las microalgas, que están allanando el camino hacia un futuro sostenible. Este es el enfoque innovador de Bromalgae, una empresa bilbaína que busca aprovechar el poder de las microalgas para enfrentar grandes desafíos medioambientales, como la reducción de la contaminación del aire, la captura de dióxido de carbono y la promoción de energías renovables.

Microalgas: el oro verde del mar
Pese a su diminuto tamaño, las microalgas son auténticas «super plantas» con una enorme capacidad para absorber dióxido de carbono y liberar oxígeno, además de reproducirse a una velocidad impresionante (¡duplicándose o triplicándose a diario!). Gracias a estas propiedades, resultan altamente productivas e interesantes para sectores como la industria, la agricultura, la alimentación y la energía. Aprovechando el mismo proceso natural que oxigena el planeta, Bromalgae está desarrollando una tecnología basada en microalgas para reducir la contaminación y purificar el aire.

Por ejemplo, Bromalgae ha creado «árboles de algas» para respirar un aire más limpio en ciudades contaminadas. Este sistema, denominado GarbiAir, captura gases como el CO₂ y los NOx mediante microalgas. Los primeros resultados de las pruebas realizadas en Barakaldo y Bayona son sorprendentes: se ha logrado reducir el dióxido de carbono entre un 30-40% y los óxidos de nitrógeno hasta un 70%. Por lo tanto, no es de extrañar que pronto veamos florecer «árboles de algas” en las calles de las ciudades.

Pero los desafíos de la contaminación no se limitan a las calles. Los gases emitidos por las grandes industrias también representan un grave problema. Y aquí, las microalgas juegan un papel crucial. El sistema GarbiNox, a través de reactores de microalgas instalados en fábricas, filtra la contaminación, captura los gases tóxicos y libera un aire más limpio. Esta tecnología no solo protege el medio ambiente, sino que también ayuda a las empresas a cumplir con las rigurosas normativas ambientales.

Las microalgas también tienen una amplia variedad de aplicaciones. Para investigar y aprovechar todo su potencial, Bromalgae está produciendo microalgas a escala industrial dentro del proyecto Valga. Las aplicaciones de las microalgas pueden extenderse desde la agricultura hasta la gestión de residuos, la salud y la industria cosmética.

Bromalgae está tratando de demostrar dos verdades: por un lado, que el destino de una ciudad o región puede transformarse, y que, incluso siendo antes grandes contaminantes, es posible convertirse en un actor clave para la protección del medio ambiente; y, por otro, que las microalgas brindan soluciones prácticas y eficaces frente a los grandes desafíos ecológicos.

Sin embargo, lograr que estas tecnologías revolucionarias sean viables no es tarea fácil, y aún persisten algunos retos clave por superar. Además de trasladar la producción a escala industrial, es necesario dar a conocer y difundir los beneficios de las microalgas, tanto para sensibilizar a la ciudadanía como para fomentar que las empresas apuesten por alternativas sostenibles. Asimismo, las políticas públicas, deben desempeñar un papel crucial, priorizando la calidad del aire y la protección del medio ambiente.

El futuro de las microalgas
Bromalgae nos demuestra que un futuro más verde y sostenible es posible aunando la innovación tecnológica con la fuerza de la naturaleza. Las microalgas no son una solución mágica, sino una alternativa real que la ciencia y la ingeniería nos ofrecen para combatir la contaminación y proteger el medio ambiente.

De Euskal Herria al mundo, el trabajo de Bromalgae demuestra que estos pequeños organismos marinos tienen el poder de transformar la salud de nuestro planeta. El potencial de las microalgas, aún en su fase de germinación, permanece en gran medida oculto bajo las aguas, y para que brote hacia la superficie, es necesario contar con tres ingredientes esenciales: tecnología, conciencia social y una regulación adecuada.

Lanparas B.Lux: ideas brillantes y diversas

B.LUX

Texto: Labrit / Fotos: B.Lux
FB
PN
X

Share 

Fundada en 1979 en Markina, Bizkaia, B.Lux destacó desde sus inicios por ser pionera en un contexto industrial dominado por la acería y las máquinas herramienta.

Desde su concepción, apostó por un carácter innovador y fue capaz de combinar la fabricación local, con un diseño único y una visión hacia lo internacional. La producción local y de calidad siempre ha sido uno de los ejes de la empresa. Las labores de acondicionamiento, soldadura, pintado y montaje se realizan en Gizaburuaga, una planta que ha duplicado su producción en diez años.

Además, en el proceso de fabricación colaboran varias unidades ubicadas en localidades cercanas, encargándose de la embutición del metal, el repujado y la inyección de plástico. Así, mientras muchas empresas deslocalizaban su producción a Asia, B.Lux se empeñó en mantener toda su fabricación en la localidad.

Guillermo Capdevilla, uno de los primeros diseñadores del País Vasco, en el Centro de Diseño DZ de Bilbao, junto a su equipo de colaboradores – 1985
Portada del primer catálogo de la colección Belux System – 1980

El diseño, núcleo de la estrategia
Uno de los pilares fundamentales de B.Lux siempre ha sido el diseño. Desde sus comienzos, la empresa ha trabajado con grandes diseñadores. En la década de 1980, Guillermo Capdevilla, pionero del diseño industrial en el País Vasco, abrió el camino con creaciones innovadoras que definirían la identidad de B.Lux durante años.

A su legado se unieron otros nombres destacados como Jorge Pensi, Miguel Ángel Ciganda, y más recientemente David Abad, Stone Designs y Tim Brauns. Con el respaldo de la empresa, todos estos diseñadores crearon luminarias atemporales que han recibido diversos premios internacionales.

Arquitectura y proyectos de exterior
Desde 2001, B.Lux desarrolla sistemas de iluminación para grandes proyectos arquitectónicos, colaborando con renombrados diseñadores como Frank O. Gehry, Patxi Mangado o Dominique Perrault, entre otros. Paralelamente, la empresa también crea modelos innovadores para iluminación exterior, algunos de los cuales, como la lámpara Jon Santacoloma Kanpazar, han sido galardonados con premios internacionales de diseño.

La colección Belux System, diseñada por Guillermo Capdevilla en 1979, se reeditó en 2019.
Colección Aspen (Werner Aisslinger): Lámparas de dos pantallas que, en parte, ofrecen luz directa, pero con amplitud y elegancia.
Belux system (Guillermo Capdevilla, 1979): Colección de lámparas articuladas, que nunca ha perdido su vigencia y reeditada en 2019.

«Actualmente, B.Lux está presente en cerca de cincuenta países alrededor del mundo”

Referencia internacional
Actualmente, B.Lux está presente en cerca de cincuenta países alrededor del mundo, puesto que sabe combinar a la perfección el saber local con una visión global de mercado. Integrando la tradición industrial vasca con el excepcional talento de diseñadores locales e internacionales, lo que comenzó como una empresa familiar se ha establecido como faro de referencia en el sector de la iluminación de diseño.

Más articulos

Ver todo