Bromalgae: La gran revolución de los pequeños organismos

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Texto: Labrit Photos : Mito
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La gran revolución de los pequeños organismos

Hace unas décadas, Barakaldo era el corazón de la industria pesada, durante la época de los Altos Hornos de Bizkaia y la producción de acero. Aquella actividad impulsó con fuerza la economía vasca, pero también trajo consigo una gran contaminación. Con el tiempo, la industria entró en declive, y tanto Bilbao como sus alrededores experimentaron una gran transformación: se impulsaron nuevas políticas medioambientales y comenzaron a florecer proyectos orientados al desarrollo sostenible.

Altos Hornos de Vizcaya, fundados en 1902 en Barakaldo

De hecho, la revolución verde que se está gestando en Euskal Herria no brota únicamente de los bosques o de sus tierras de cultivo. Existen unos pequeños organismos marinos, las microalgas, que están allanando el camino hacia un futuro sostenible. Este es el enfoque innovador de Bromalgae, una empresa bilbaína que busca aprovechar el poder de las microalgas para enfrentar grandes desafíos medioambientales, como la reducción de la contaminación del aire, la captura de dióxido de carbono y la promoción de energías renovables.

Microalgas: el oro verde del mar
Pese a su diminuto tamaño, las microalgas son auténticas «super plantas» con una enorme capacidad para absorber dióxido de carbono y liberar oxígeno, además de reproducirse a una velocidad impresionante (¡duplicándose o triplicándose a diario!). Gracias a estas propiedades, resultan altamente productivas e interesantes para sectores como la industria, la agricultura, la alimentación y la energía. Aprovechando el mismo proceso natural que oxigena el planeta, Bromalgae está desarrollando una tecnología basada en microalgas para reducir la contaminación y purificar el aire.

Por ejemplo, Bromalgae ha creado «árboles de algas» para respirar un aire más limpio en ciudades contaminadas. Este sistema, denominado GarbiAir, captura gases como el CO₂ y los NOx mediante microalgas. Los primeros resultados de las pruebas realizadas en Barakaldo y Bayona son sorprendentes: se ha logrado reducir el dióxido de carbono entre un 30-40% y los óxidos de nitrógeno hasta un 70%. Por lo tanto, no es de extrañar que pronto veamos florecer «árboles de algas” en las calles de las ciudades.

Pero los desafíos de la contaminación no se limitan a las calles. Los gases emitidos por las grandes industrias también representan un grave problema. Y aquí, las microalgas juegan un papel crucial. El sistema GarbiNox, a través de reactores de microalgas instalados en fábricas, filtra la contaminación, captura los gases tóxicos y libera un aire más limpio. Esta tecnología no solo protege el medio ambiente, sino que también ayuda a las empresas a cumplir con las rigurosas normativas ambientales.

Las microalgas también tienen una amplia variedad de aplicaciones. Para investigar y aprovechar todo su potencial, Bromalgae está produciendo microalgas a escala industrial dentro del proyecto Valga. Las aplicaciones de las microalgas pueden extenderse desde la agricultura hasta la gestión de residuos, la salud y la industria cosmética.

Bromalgae está tratando de demostrar dos verdades: por un lado, que el destino de una ciudad o región puede transformarse, y que, incluso siendo antes grandes contaminantes, es posible convertirse en un actor clave para la protección del medio ambiente; y, por otro, que las microalgas brindan soluciones prácticas y eficaces frente a los grandes desafíos ecológicos.

Sin embargo, lograr que estas tecnologías revolucionarias sean viables no es tarea fácil, y aún persisten algunos retos clave por superar. Además de trasladar la producción a escala industrial, es necesario dar a conocer y difundir los beneficios de las microalgas, tanto para sensibilizar a la ciudadanía como para fomentar que las empresas apuesten por alternativas sostenibles. Asimismo, las políticas públicas, deben desempeñar un papel crucial, priorizando la calidad del aire y la protección del medio ambiente.

El futuro de las microalgas
Bromalgae nos demuestra que un futuro más verde y sostenible es posible aunando la innovación tecnológica con la fuerza de la naturaleza. Las microalgas no son una solución mágica, sino una alternativa real que la ciencia y la ingeniería nos ofrecen para combatir la contaminación y proteger el medio ambiente.

De Euskal Herria al mundo, el trabajo de Bromalgae demuestra que estos pequeños organismos marinos tienen el poder de transformar la salud de nuestro planeta. El potencial de las microalgas, aún en su fase de germinación, permanece en gran medida oculto bajo las aguas, y para que brote hacia la superficie, es necesario contar con tres ingredientes esenciales: tecnología, conciencia social y una regulación adecuada.

Lanparas B.Lux: ideas brillantes y diversas

B.LUX

Texto: Labrit / Fotos: B.Lux
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Fundada en 1979 en Markina, Bizkaia, B.Lux destacó desde sus inicios por ser pionera en un contexto industrial dominado por la acería y las máquinas herramienta.

Desde su concepción, apostó por un carácter innovador y fue capaz de combinar la fabricación local, con un diseño único y una visión hacia lo internacional. La producción local y de calidad siempre ha sido uno de los ejes de la empresa. Las labores de acondicionamiento, soldadura, pintado y montaje se realizan en Gizaburuaga, una planta que ha duplicado su producción en diez años.

Además, en el proceso de fabricación colaboran varias unidades ubicadas en localidades cercanas, encargándose de la embutición del metal, el repujado y la inyección de plástico. Así, mientras muchas empresas deslocalizaban su producción a Asia, B.Lux se empeñó en mantener toda su fabricación en la localidad.

Guillermo Capdevilla, uno de los primeros diseñadores del País Vasco, en el Centro de Diseño DZ de Bilbao, junto a su equipo de colaboradores – 1985
Portada del primer catálogo de la colección Belux System – 1980

El diseño, núcleo de la estrategia
Uno de los pilares fundamentales de B.Lux siempre ha sido el diseño. Desde sus comienzos, la empresa ha trabajado con grandes diseñadores. En la década de 1980, Guillermo Capdevilla, pionero del diseño industrial en el País Vasco, abrió el camino con creaciones innovadoras que definirían la identidad de B.Lux durante años.

A su legado se unieron otros nombres destacados como Jorge Pensi, Miguel Ángel Ciganda, y más recientemente David Abad, Stone Designs y Tim Brauns. Con el respaldo de la empresa, todos estos diseñadores crearon luminarias atemporales que han recibido diversos premios internacionales.

Arquitectura y proyectos de exterior
Desde 2001, B.Lux desarrolla sistemas de iluminación para grandes proyectos arquitectónicos, colaborando con renombrados diseñadores como Frank O. Gehry, Patxi Mangado o Dominique Perrault, entre otros. Paralelamente, la empresa también crea modelos innovadores para iluminación exterior, algunos de los cuales, como la lámpara Jon Santacoloma Kanpazar, han sido galardonados con premios internacionales de diseño.

La colección Belux System, diseñada por Guillermo Capdevilla en 1979, se reeditó en 2019.
Colección Aspen (Werner Aisslinger): Lámparas de dos pantallas que, en parte, ofrecen luz directa, pero con amplitud y elegancia.
Belux system (Guillermo Capdevilla, 1979): Colección de lámparas articuladas, que nunca ha perdido su vigencia y reeditada en 2019.

«Actualmente, B.Lux está presente en cerca de cincuenta países alrededor del mundo”

Referencia internacional
Actualmente, B.Lux está presente en cerca de cincuenta países alrededor del mundo, puesto que sabe combinar a la perfección el saber local con una visión global de mercado. Integrando la tradición industrial vasca con el excepcional talento de diseñadores locales e internacionales, lo que comenzó como una empresa familiar se ha establecido como faro de referencia en el sector de la iluminación de diseño.

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